Un coche del año de la tos. 

Nací moreno porque así tenía que ser. 

He decidido que después de la nota de voz de Marta escribiría un poquito, para calmarme el sueño un poquito, despejarme, y poder a dormir a pierna suelta hasta las quien sabe, más pronto que tarde. 

Llevo dos días en España y no he hecho otra cosa que estar en la calle. Que si una cañita, que si un reencuentro, que si un hace mucho que no nos vemos. 

Madrid sigue igualita, como un hielito en un whisky. Agua al fin y al cabo. Pero derritiendose: el tiempo que yo he pasado por ahí, también ha pasado por la gente y por la ciudad en la que yo nací. 

Juanito Alimaña. 

Aab en Inglaterra he escuchado mucho el nuevo disco de El Cigala. Indestructible me ha vuelto a descubrir nuevos mundos y nuevas ramas, con sus toques de salsa y rumba latinoamericana. 

Yo, que llevo 18 días de vacaciones, intento ser muy productivo, por eso nadie me molesta: los comentarios estúpides son inertes y una vez salidos de una boca sucia muere de asco en sus propios labios. 

La gente no habla mal de alguien a la que le va mal. De una persona que lo pasa mal solo se busca el hablar, el charloteo, la bilis. En cambio la envidia, la mierda más pestilente, solo se le saca a alguien a quien le va bien. 

Me faltan muchas cosas pero nadie ha visto nada. 

Bioprosperan: la pastilla que da energía, ganas de triunfar, buenas ideas, reduce el colesterol y te permite escapar (ahora con sabor a menta). 

Conversación en tiempo de Bolero. 

Cuando discuto a veces enmudezco: hablamos de Chile mencionando a otro país y me sueltan rolloa de hace 40 años. 

Casi cuarenta páginas en el reglejo del agua del poema maldito de Keats y un poco de salsa del Vístula me permiten hablar con autoridad. 

Con el tiempo me estoy convirtiendo en alguien moderado, que pide la palabra y solo se enfrasca en disputas que de verdad valgan la pena. 

Que valgan la pena de verdad. 

5%.

¿Quién vale la pena de verdad? 

Me hace muy feliz contar mis historias: solo hablando de mí descubro los errores que he cometido.

La herida cauteriza despacio y yo recuerdo todo lo que cae en el olvido de domingo. 

Cambia el paso que se te rompe el vestido. 

Las pilas están puestas, mañana se acaba esta semana tan extraña, de vuelta, y yo no quiero volverme aburrido. 

Me gusta bailar por las mañanas: mañana solo tengo que terminar a Oé y ver porque flanco escribo. 

Roena, Rubalcaba, D’Leon: siempre divertido. 

Lo que ve el vive es un espejismo: vemos 100 y al final procesamos un cero coma uno. 

Somos dueños de lo que vivimos, pero sin información el navegador no puede calcular nuestro destino. 

La carrillada estaba riquísima y el aliño del salpicón de marisco me ha permitido echarme una siesta de libro. 

Por y para los míos. 

Familia y amigos. 

Hoy me han levantado con cariño.

Me han hablado al oído, y yo he amanecido. 

Mi amor es como un dispensador. Si se atasca con uno, no deja caer al resto. 

Marta te voy a escribir un mensajito después de este texto. 

Qué ganas de que seas libre y poder hablar contigo hasta que se me salga de la risa el ombligo, hasta contarte mis anécdotas más secretas, más sinceras, y ver cómo después de la biblioteca y del Wanda Metropolitano, tambien hay tiempo pars cenar y estar agustito. 

De la complejidad de mi cabeza, de lo que puedo (me dejan compartir) y de lo que plasmo cuando escribo. 

Un país con todo a su favor y una vela cortada por nuestros hijos. 

Lloran a Bebo. 

Vamos a por Italia I y por un cuento. Horas diarias y resultados. 

Organización, imagen personal y marketing del siglo XXI. 

He perdido tanto el tiempo pero a la vez me siento más niño, más Pablo, más pillo, más listo. 

(18/05/17)

PS: guaguancó para tu ego. 

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